lunes, 20 de julio de 2009

Concentrado de THC

Con el vodka que les sobró a los chicos en Viña preparé un concentrado de THC que encontré en el libro “Las Mejores Recetas con Marihuana” de la autora bonaerense Isabel Riera, el cual, afectuosamente, me envió mi buen amigo Polo.

Les dejo aquí las instrucciones de cómo prepararlo por si alguno de mis lectores se anima:

Concentrado de marihuana

El concentrado, que se hace también a partir del alcohol, es el que se usa en cocina. Su nivel de alcohol es mucho menor que en el extracto, lo que está más concentrado es la marihuana.

Para hacer el concentrado disponemos 100 g de hoja de marihuana en un bol y las cubrimos con 1 litro del alcohol elegido. Removemos, tapamos y lo dejamos reposar dos días como mínimo. Pasado este tiempo, lo que hacemos es quitar la tapa y dejar la mezcla al aire durante toda una noche. El líquido debe reducirse a la mitad. Entonces lo filtramos y exprimimos bien las hojas. Deberemos tener medio litro de concentrado. En este punto, el volumen de alcohol se habrá evaporado tanto que ya podemos calentarlo sin peligro de incendio. Calienta el medio litro de concentrado a fuego lento, hasta que se reduzca a la mitad, y tienes el resultado final, que es un cuarto de litro de concentrado de gran potencia. Piensa que media cucharadita de postre de este líquido equivale a 1 g de hoja. Respeta las dosis y sé preciso en las mediciones, por tu bien.

Con las hojas de la California Orange (Q.E.P.D.) que me dejó el David, logré un concentrado bastante promisorio para ser la primera vez. Solamente debía buscar la ocasión adecuada para poner a prueba el precioso elixir, el cual vertí en 2 botellitas distintas. Uno para la pandilla, y el otro para uso personal, pensé.

Tal ocasión se presentó a la semana siguiente, cuando un día domingo despertamos a eso de las 10 de la mañana con el Víctor, que se había quedado a dormir en mi casa. Nuestra primera intención, como pueden imaginar, fue rolar un caño y fumar. Pero, entre que el Víctor se pasaba a mi cama para capear el frío debajo de mi poco vegan cobertor de plumas (yo le dije a mi mamá que no lo quería), se me ocurrió que era mejor idea evaluar la efectividad del concentrado de marihuana.

Dicho y hecho, un par de cucharadas para cada uno y a esperar.

De primera no fue mucho el efecto causado, pero con el paso del tiempo, unos 15 a 20 minutos más tarde, la pieza entera se me daba vueltas como un torno y sentía la presión, disculpen por la falta de tacto, a la chucha. ¡Me voy a morir! Le decía una y otra vez al Víctor quién, entre muerto de la risa, se mostraba preocupado, tanto así que llegamos a medirme el pulso y la presión, en la vena carótida, con la ayuda del celular. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de los resultados producidos por el líquido: Los dos yacíamos semi-agonizantes entre los cubrecamas, inmóviles, dejando afuera solo la cabeza. Un malestar físico nos invadía y contrastaba con las ganas de reír y hablar estupideces que, por lo general, profesamos, aumentadas por el efecto del THC. Estábamos lamentándonos cuando sentimos las campanadas de la Iglesia de la Divina Providencia que queda a solo pocos pasos de mi casa, me incorporé y mirando al Víctor le propuse: ¿Vamos a misa? Quiero comulgar, nunca he comulgado. Llamé a mi papá por teléfono y le di, para ser directa, el manso jugo. Tuvimos una charla moral sobre hacer la primera comunión sin haber participado de curso alguno de catequesis, como es mi caso, y que el cura nunca iba a saber eso, pero que al recibir la ostia estaría tomando mi primera comunión para lo cual, siendo sincera, me sentía preparada en ese mismo momento. Convencí al Víctor para que me acompañara, finalmente aceptó, con la condición, claro, de que primero nos fumáramos algo. En realidad no se qué hubiera pasado si hubiéramos seguido el plan inicial, lo que sí puedo contarles, es que nos quedamos dormidos a los 10 minutos.

No hubo iglesia, ni primera comunión de la Vale, ni nada.

Solamente un sueño intenso y reparador, digno de cualquier Diazepam, gracias al concentrado de California Orange.

3 comentarios:

  1. Te paraste ahi?
    Dame más textos mujer... cuidate

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  2. Que onda vale?
    como vá?
    Buenos textos, en la inspiración maxima, o en la mínima?
    Salieron buenos igual.

    Suerte

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  3. la raja tu blog, ojalá sigas escribiendo

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