sábado, 13 de junio de 2009

La Vida Loca necesita hierbita.

Como somos amigos, a veces tenemos que soportarnos caleta de cosas a veces medias desagradables, pero el Víctor tiene la peor, pero la peor suerte. Cada vez que viene a mi casa alguien lo acosa en cualquier momento en que se queda solo.
No es que lo acosen sexual ni nada, pero le tratan de conversar y de inculcar valores morales y weás así, siempre le pasa, no sé por qué.

Una vez yo pololiaba con un loco Nazi, que igual es terrible buena onda y nunca tuvimos dramas por esa weá, pero fue a verme a la casa de mi mamá y yo estaba volándome con el Víctor. La cosa es que fui al baño o a ver algo al computador y después de mil horas el Víctor me contó que en ese rato, el Nazi le había dado la media charla de que a él, personalmente, no le caían bien los fletos, por lo general, pero que al Víctor lo encontraba súper piola y como era mi amigo le caía bien y todo. Jajajajajajajajaja, el Víctor quedó pa la cagada, se imaginan.

Ayer también hubo un caso similar, estábamos volándonos de nuevo en la casa de mi mamá, yo había tatuado todo el día y como a las 8 cuando terminé el último tatuaje, llegó el David y quise compartir un cogollo que tenía con él, hace tiempo no nos veíamos y yo a esa altura ya estaba lúcida. Cuando se fue el David me puse a jugar en Facebook, al Restaurant City y la weá, como a las 11 llegó el Víctor y nos fumamos otro de cogollo. Estábamos normales disfrutando la volada,- no en verdad no, yo me sentía súper mal (físicamente) y el víctor estaba cagao de hambe-, y se sienta con nosotros mi hermana. Mi hermana es un caso íntegro, podría dedicar un blog entero tratando de categorizarla para que entiendan cómo es, bueno talvez no tanto, pero de que es un caso, lo es. Estudia Biología en la Católica y como que no es nada, ninguna tribu urbana, solamente pololea y estudia y sale con sus amigas del colegio, como una persona súper pero caleta NORMAL. Bueno, ella, se sentó con nosotros; yo hablo con ella una vez a la semana, cuando estoy en la casa de mi mamá y aparece derepente, a veces paso semanas sin verla, porque nunca coincidimos con los horarios. Yo sé que ella debe pensar cosas inauditas de mí, no me extraña porque somos demasiado distintas, pero antes, cuando éramos chicas, me comprendía caleta.
Y fue raro que se sentara con nosotros po, o sea, puede que haya sido porque estabamos con estufa y el resto de la casa parecía iglú, y derepente, yo no daba más y me fui corriendo a vomitar (sí, así de volada estaba), y en ese rato, el Víctor me contó, que mi hermana le dice: “Chiquillos, no fumen tanta marihuana”. Jajajajajaja pobre Víctor! Por qué le pasarán estas cosas; además él es súper caballero, nicagando le dice no te metai ni nada por el estilo, y le trató de explicar que a él la marihuana le hacia caleta de bien. : )

Lo otro fue lo de la Tía Cristi; La Tía Cristina es la vecina contigua del Víctor, y es una señora como de 50, amorosa y correcta socialmente y súper, pero súper canuta. Trabaja ayudando personas a través de una línea telefónica como de terapias o algo y nosotros la conocemos desde guaguas. El otro día agregó al Víctor a Facebook y cuando me contó nos desternillamos de la risa, porque el Víctor es seco para hacer comentarios inusuales en momentos inoportunos, a veces estamos hablando de cualquier cosa y hace exclamaciones del tipo: ¡Porqué estoy tan rojo!, ¡Tengo la mansa raíz! y ese tipo de cosas. Y ayer después de fumar, se fue a su casa a bajonear, se conecta a msn y me comenta que la Tía Cristina le había envíado por Facebook una sugerencia de amigos de una Casa de Acogida para Drogadictos. No entiendo porqué la gente le pone tantas trancas morales a la weá de volarse. Hay gente mil veces más drogona y es socialmente aceptada, hay personas que toman hasta 4 o 6 mg de Ravotril diario con receta médica y todo. Se supone que el Víctor no fuma pito, su mamá piensa que no lo hace y la gente en general no puede saberlo. Yo no comprendo cómo pueden pensar que somos lúcidos, no lo comprendo, porque siempre estamos volados y siempre, pero siempre estamos hablando estupideces.

Que lo sepan todos: NO es confortante que todo el tiempo estén tratando de salvar tu alma, alejarla del camino del mal y de las drogas.
Conmigo no sucede tan a menudo, al Víctor le pasa más; yo cacho que dónde es rucio a la gente le da más compasión intentar salvar su alma.

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